jueves, 17 de marzo de 2011

Mantenimiento de la torre

No es necesaria realmente una limpieza muy a fondo. Si nos manejamos bien con el hardware podemos desmontar los componentes que más suciedad acumulan para trabajar en detalle, pero en general con abrir la caja del equipo sin desmontar nada será suficiente.
  • Equipo de limpieza: hay personas que hablan de utilizar aire comprimido para sacar la suciedad de todos los recovecos, pero personalmente lo considero poco práctico por dos razones. No sé vosotros, pero yo no tengo un compresor o botes de aire comprimido en el cajón de la oficina. Además, el polvo sale disparado y si el ordenador está muy sucio se puede montar un cisco de cuidado. Yo utilizo un aspirador, lo tengo más a mano y si bien no es tan efectivo me parece suficiente para quitar la mayor parte de la suciedad. Me ayudo con una brocha pequeña para trabajar los lugares con un acceso más complicado.
  • Limpiezas periódicas: es difícil decir cada cuanto tiempo hay que limpiar el equipo, depende de las condiciones del entorno y puede ser interesante hacerlo cada tres meses o una vez al año. Echadle un vistazo de vez en cuando a los equipos para comprobar en que estado se encuentran y con el tiempo estableceréis la rutina adecuada.
Si alguna vez habéis abierto un equipo con cierto tiempo de servicio a sus espaldas os habréis dado cuenta de la cantidad de porquería que puede llegar a acumularse en su interior (la foto que ilustra el post no es mía pero podría haberla tomado yo). No es solo una cuestión higiénica, toda esta suciedad impide que los componentes funcionen adecuadamente, dificulta la refrigeración del sistema y puede ser la causante de pérdidas de rendimiento y fallos en los equipos.
En ninguna de las pymes que conozco lo suficiente como para preguntar realizan mantenimientos de este tipo, y no entiendo porqué (si lo hacen en la vuestra levantad la mano). Los ordenadores son una inversión importante para la empresa, además de una herramienta que necesita estar afinada para ser una ayuda en lugar de un incordio en nuestro trabajo. Mantenerlos en condiciones es sencillo, rápido y no requiere de conocimientos técnicos, tan solo hace falta un poco de mimo a la hora de adecentarlos.


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